lunes, 30 de marzo de 2015

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Entrevista a Isidro Fainé


Al presidente de CaixaBank le cuesta mucho enumerar los principales cambios vividos por el sector financiero en las últimas tres décadas. No es para menos, ya que se trata de una industria que se ha transformado de arriba abajo. Lo que sí tiene claro Isidro Fainé (Manresa, Barcelona, 1942) es que esta evolución ha estado marcada por el cliente, la tecnología, la competencia y el nuevo entorno regulatorio. “Hace años, en banca, la gran preocupación del empleado era cuadrar la caja diaria. Para nosotros lo fundamental es que cuadre la agenda comercial", asegura.
Pregunta. ¿Cuáles son los cambios más relevantes de La Caixa desde 1985?
Respuesta. Somos el resultado de 110 años de historia en los que hemos llevado a cabo ya 78 integraciones, 79 cuando finalicemos la operación de Barclays. Primero nos consolidamos como una entidad multiproducto y nos convertimos en un supermercado financiero. Después vino la expansión geográfica por España. En los años noventa llegó la gran fusión con Caixa de Barcelona y un gran despliegue de tecnología e informática. Y fue a partir del año 2000 cuando iniciamos la estrategia de diversificación por negocios mediante la segmentación y especialización. En estos últimos años hemos asistido a una verdadera transformación de la entidad para adaptarnos a las nuevas exigencias del marco regulatorio y competitivo europeo. Nos hemos afianzado como la primera entidad financiera en el mercado español: nuestra cuota de mercado ha pasado del 10% a algo más del 15% en solo 4 años.
P. ¿Qué opinión le merece la de­saparición de las cajas de ahorros?
Veremos fusiones en la UE. Los bancos españoles parten de una sólida base en este escenario
R. Las cajas tenían, y tienen, grandes virtudes, como sistema de inclusión financiera y de elevada vinculación del sector financiero con el territorio. Sin embargo, al permitir su expansión en igualdad de condiciones que los bancos, y al entrar en competencia directa con ellos, esta crisis económica puso de relieve algunas insuficiencias. Por un lado, se trataba de entidades que, en caso de necesidad, no podían acudir con facilidad a los mercados de capitales para captar financiación. Por otro lado, al no ser entidades cotizadas y, también, por la presencia del sector público en algunos casos, su gobierno corporativo no siempre fue el más apropiado. Con la crisis financiera sistémica se detuvo el ciclo alcista, y la corrección posterior ha sido más acentuada que la expansión inicial. El valor de los activos ha llegado a caer hasta un 50% y el capital necesario en el sector se ha multiplicado por 3,5 veces. En este contexto tan complejo, solo han sobrevivido las entidades que, con suficiente masa crítica, se rigieron por los principios de profesionalidad, prudencia y buen gobierno.
P. ¿Cómo ha cambiado La Caixa a raíz de la bancarización?
R. En los últimos siete años y medio las adaptaciones, en un contexto muy complicado de grave crisis económica, han sido continuas. Y, a pesar de ello, ha sido un periodo en el que hemos seguido creciendo, sumando clientes, negocio y accionistas. Con esta última reorganización hemos reforzado nuestra actuación en todos los ámbitos: el financiero, el empresarial y el social. Nuestro plan estratégico 2015-2018 prevé que seamos un grupo financiero líder en España y uno de los grandes de Europa.
P. ¿Cree que ha terminado la reconfiguración del sector financiero? ¿Es positiva tanta concentración?
R. En un tiempo récord hemos pasado de 55 a 15 grupos financieros. El sector ya ha realizado la gran transformación que debía afrontar. Nunca se había realizado una reconversión semejante en un plazo de tiempo tan reducido. Pero no sería acertado afirmar que ya está todo hecho. Lo importante es que el mapa financiero español sea más sólido, estable y eficiente. Creo que el resultado es positivo.
P. ¿Existen posibilidades de concentración bancaria en la Unión Europea y de que CaixaBank participe en ellas?
R. Sin duda, veremos operaciones de concentración en la UE, ya las estamos viendo y algunas protagonizadas por entidades españolas. Gracias al gran saneamiento del sistema financiero español, los bancos parten con una sólida base para jugar en este escenario. En CaixaBank estaremos atentos a las oportunidades que se puedan presentar. Recientemente hemos presentado una opa sobre el banco portugués BPI, del que ya controlábamos el 44,1%, respetando su autonomía y al equipo directivo.
P. El sector vive un cambio de modelo que supone pasar de ampliar la red de oficinas a consolidar la banca digital, ¿cuál es la posición de CaixaBank en este tema?
R. CaixaBank se ha distinguido por combinar ambos modelos: una amplia red de oficinas, la más extensa del mercado español, y un fuerte desarrollo tecnológico que permite al cliente acceder a todos los productos y servicios desde cualquier lugar y en todo momento gracias a los dispositivos móviles. Tenemos más oficinas que la media europea, pero mucho más pequeñas y con menos empleados. Y con una estructura del 6% de la plantilla en servicios centrales, por debajo de esa media.
P. La Caixa constituyó Criteria, primero como un holding de participaciones industriales y luego para comprar participaciones en entidades financieras internacionales. ¿La vocación es reducir el peso industrial y centrarse en el negocio financiero?
R. Cuando Criteria CaixaHolding salió a Bolsa, en 2007, las participaciones industriales y de servicios suponían el 83% de la cartera y el negocio financiero el 17%. Entonces se insistió en que la intención pasaba por aumentar el peso financiero. Y se consiguió. Cuando CaixaBank salió a Bolsa en 2011, el porcentaje de consumo de capital de nuestra cartera de participadas minoritarias, tanto industriales como bancarias, era del 24%, mientras que ahora se encuentra en el 16% (11% banca y 5% industrial). Por lo tanto, ya hemos reducido 8 puntos más nuestro consumo de capital. Y nuestra ambición es reducirlo por debajo del 10%, es decir, un tercio más durante los próximos 4 años, que se combinará con un crecimiento del negocio bancario.
P. La crisis ha generado desconfianza sobre el negocio bancario, ¿cómo cree que puede recuperarse?
R. Sin duda, la crisis financiera ha mermado la confianza en el sector bancario. En este negocio, dependemos de la confianza del cliente, de la relación con su entidad bancaria y con el empleado de la oficina. Por ello, es básico restaurar la confianza ya que sin ella no hay negocio. El reto en CaixaBank es situarnos como líderes en confianza.
P. ¿Cuándo cree que volverá a fluir crédito en España?
R. El sistema financiero español ha iniciado un nuevo ciclo que se refleja en el crecimiento de las nuevas operaciones de crédito. Tenemos señales positivas y esperamos que el crédito para el conjunto del sector se estabilice en 2015, tras caer más de un 6% el año pasado.
P. ¿Qué expectativas de negocio tienen para este año, plagado de citas electorales?
R. Es cierto, este año será muy intenso desde el punto de vista político, con diversas citas electorales. Existen diversos factores, como los bajos tipos de interés, la depreciación del euro o el ciclo de la vivienda que apoyarán el crecimiento y ayudarán a que surjan nuevos proyectos que necesiten financiación. El aumento del volumen de negocio deberá servir para recuperar cotas sostenibles de rentabilidad, uno de los retos pendientes de las entidades españolas.

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